Dicen que los japoneses nos llevan años, por no decir décadas, de adelanto. Y es para creerlo, pues alguien ha rebuscado en las hemerotecas de revistas antiguas de fotografía que se editaban por entonces y ha encontrado lo que hoy día es la piedra filosofal de los que se hacen autofotos: el palo para selfie. Bueno, la historia no es así. El objeto en cuestión aparece en un libro dedicado a inventos inútiles de la década de los 90 llamado The Art of Chindogu (Chindōgu (珍道具) y, como no, aparece un palo para que una pareja consiga hacerse una autofoto sin tener que solicitar ayuda a la gente que pasa por allí.
Como son un poco reservados en sus vidas, en un principio, el palo o sticker parecía una solución asequible, y más, teniendo en cuenta que las cámaras de entonces eran prácticamente analógicas, al menos en esta parte de occidente.
Palo para Selfies con cámara analógica y disparador de flash (el original)
Tabla de Contenidos
Como puede observarse, el mecanismo es algo más complejo ya que no existía bluetooth ni tecnología wireless, y por infrarrojo no funcionaban las cámaras caseras, pero el resultado es el mismo por lo que nos encontramos con el origen del selfie (¡oh no!, ya no es la señora que mencioné el otro día en el post del top de los peores selfies).
¡Modelo avanzado para fotos 360 grados!
Pero esto no acaba aquí, indagando en el famoso artículo, el libro tiene una edición disponible en Amazon fechada en 1997 y que se titula 99 More Unuseless Japanese Inventions: The Art of Chindogu. Aquí viene siendo lo que se conoce como el Arte del Fracaso u 99 objetos inútiles japoneses y está escrito por Kenji Kawakami. Entre ellos podemos encontrar, por ejemplo:
El auricular perfecto para chismosos
Un fantástico gadget que te permite escuchar a distancias kilométricas sin necesidad de micrófonos ocultos o sniffers de señal wifi, y con una capacidad más potente que los poderes de Charles Xavier. Lo mismo lo pensaron para destinarlo a la gente con falta de audición, pero vamos, bastante tiene ya de poco estético llevar el sonotone o audífono como para salir así a la calle. Eso sí, como orejeras para el frío polar van bien porque te cubre la oreja y a la vez te permite escuchar.
Cámara GoPro y Kindle se fusionan en un gadget
Ya lo ves. La versión más arcaica del GoPro que incluye casco de minero. Pensado en los años 90 para participar en Humor Amarillo (Takeshi’s Castle) y llevarse un recuerdo en directo mientras te caes en las «zamburguesas» o no superas el muro resbaladizo del principio. El gadget también incluye la versión cutre de tu kindle para momentos de lectura e intimidad. A falta de tablet, buenas son tortas.
Robot Aspirador versión Nipona
He aquí otra patente descubierta, pues el robot aspirador que empezó con iRobot de Roomba le copió la idea a este estupendo trajecito para bebé. El autor de dicho invento es merecedor del mejor premio para la limpieza del hogar. La ecuación es simple: bebé siempre en el suelo, bebé debe ser útil. El trajecito con tiras de felpa es una mezcla de diferentes trajes regionales y el vestido de estrella de la pequeña Maggie de los Simpson.
Microsoft Office versión 0.0
La primera versión de Office para PC salió en los años 90, pero no sabía que tenía un competidor tan fuerte en oriente. Y no es para menos. Ahora todo te parecerá una risa, y un smartphone dicen que hace todo eso y más. ¿Seguro? Pues yo estoy viendo el cenicero y no existe ninguna app hasta la fecha que convierta tu celular en cenicero para fumar, escribir, hablar y leer a la vez. La multitarea son pantallitas, pero el señor va por la calle con su oficina a cuestas haciendo de todo. Eso sí, supongo que lo hicieron invento inútil cuando se dieron cuenta el peligro que supone ir con la cabeza mirando hacia el suelo como aparece en la imagen. ¿No te suena esto de algo? Bastante peso debería llevar la espalda como para fastidiar las cervicales.
Despertador Estéreo para el Tren
Los japoneses son unos artistas en eso de dormir en el metro y en el tren antes y después del trabajo. Por eso, en los años 90 a falta de Nintendo DS, PSPs y celulares, la gente dormía más y se pasaban las paradas, por lo que llegaban tarde al trabajo. Muchos frikis me dirán: «pues si ya estaba la GameBoy, la Lynx o la Game Gear por aquel entonces…». Sí, pero todos sabemos que gastaban más pilas que el depósito del Saturno V de la misión Apolo, por lo que se jugaba poco o se gestionaba la partida para la vuelta.
Así que el ingenio consistió en montar un despertador contundente más allá del pitido del reloj Casio, y el resultado fue el despertador estéreo. Bueno, básicamente 2 modalidades: modo estéreo si cuadrabas la hora y el segundero, y el modo retardo o retrader que era ponerte el otro despertador cinco minutos más tarde por si acaso el anterior no era efectivo.
¡Viva la innovación! Que mundo sería este sin la presencia de las mentes inquietas y pensantes.