Los cristianos ortodoxos de Rusia tienen una extraña forma de bautizarse: metiéndose en una piscina a -21 ºC, una temperatura extremadamente fría y que, con grados similares, acabó con la vida de los tripulantes del Titanic.
El bautismo tiene lugar en San Petersburgo, en una especie de hueco de agua helada que deja el mar báltico (existe una presa artificial) y como dedicatoria a la Trinidad deben hacer tres inmersiones en el agua. Mira las caras de los valientes que se atreven a semejante locura, pero bueno, al ser tradición deberá respetarse, cada cuál que juegue con su salud.
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Fuente: Nevex.tv