El enfado, el enojo e incluso la violencia son conductas normales en el ser humano. El origen puede ser muy diverso y también, en algunos casos, desconocido. Lo que sabemos es que hay personas que se enfadan por frustración o un impedimento en sus metas. Otras, consideran que la violencia es una respuesta más, así que sienten que tienen derecho pleno a gritar, insultar, romper o pegar. Luego, están esas personas explosivas que saltan a lo más mínimo y de forma muy brusca, y es que son personas con una baja tolerancia a las cosas que percibe del resto de la sociedad que convive con ella.
Hay muchos casos como personalidades existen, pero lo que sí es cierto que hay una fina línea que separa el enojo de la violencia. Los que no pueden diferenciar esto, son aquellos que actúan de una forma, digamos incívica, y que por mucho que la verdad les ampare, al final recae sobre ellos el peso de la justícia o las leyes de su país (maltratos, peleas, amenzadas, secuestro, injurias, asesinatos,…).
Controlar nuestro enojo es la forma más fácil de controlar ese «instinto animal» que llevamos dentro. Algo necesario si queremos evolucionar como personas humanas. Es entonces cuando vemos que el control no es más que la elección de un tipo de respuesta o forma que realiza muchas personas para exteriorizar su enfado sin recurrir al extremo de la violencia (recuerda que ese es el siguiente paso).
¿Cuáles son las formas más habituales de enfadarse?
- EL COLADOR o Personas con Enfado Pasivo: es un mecanismo de control poco aconsejable ya que lo que hace la persona es reservarse su enojo o enfada y guardárselo así mismo. Cuando estos enfados se van acumulando, la persona empieza a tener problemas físicos (úlceras, dolor de estómago, dolores musculares, espasmos, etcétera…) y mentales, pudiendo llegar a ser crónicos como la depresión. En realidad, son personas que no reaccionan pero su enfado las consume hasta desestabilizarlas por completo. En la jerga social este perfil sería el de «mosquita muerta».
- LOS JUDAS o Personas con Enfado Pasivo pero Agresivo: Al igual que el anterior caso, la persona reprime su enojo e ira pero esta vez sí que reacciona expresando al exterior una respuesta de forma sarcástica. Vamos, lo que denominamos «el/la que te las tira». Es una persona quie traga y traga, hasta que espera el momento para soltártelo con indirectas o con palabras con doble sentido o sarcasmos. A veces, lo suelta todo de golpe actuando como si fuese una bomba de relojería, pero lo más habitual es que deje «caerlas de gota en gota». Son perfiles que escuchan mucho y retienen muchísima información de la persona o personas que les habla y utilizan los chismes como una herramienta para elaborar sus «cuchilladas».
- EL CHUCK NORRIS o Personas con Enfado Explosivo: Cuando la amenaza de la frustació pica a su puerta, empieza a repartir tortas y a soltar manteca. Vamos que es una persona que estalla y pegará o insultará hasta que su cuerpo llegue a unos niveles de desahogo aceptables. Son un perfil con una tolerancia muy baja e incapaces de tolerar un NO rotundo a sus deseos u objetivos. Mucho cuidado si conoces a gente con este perfil o tú eres uno de ellos. Cambiar de estilo de respuesta es altamente recomendable si no se quieren padecer desgracias en un futuro.
- DON QUIJOTE DEL ENFADO o Personas con control: Esta gente no solamente es capaz de controlar su enfado y expresarlo verbalmente con sus palabras, sino que son capaces de convencer a la otra persona. Ellos, para nada, reprimen sus sentimientos, pero entienden lo que suceden y en ese preciso momento tienen una respuesta lógica para ello. Son esa gente que en una discusión tienen un don en el habla que acaba sacando de quicio al resto que se queda sin palabras o expresiones para hacerles frente. El modo de enfado exsite, pero no es agresivo.
¿Cómo combatir a una persona enfada?
La primera premisa para enfrentarse a una persona enfadada es intentar preguntarle qué le pasa. Con esto vemos si es capaz de explicarlo con palabras y no con gritos o con silencio. Su respuesta, sea verbal o no verbal, ya nos revela en un principio qué tipo de perfil de los de arriba es.
- Paso 1: Preguntar qué pasa (si eres tú el que estás enfadado, preguntártelo a ti mismo o misma). En la mayoría de casos, creemos que es algo no relevante y hay que dejarlo claro. Si el motivo es relevante o totalmente real, entonces es mejor pasar al Paso 2.
- Paso 2: Se debe revertir la situación. Uno debe ayudar a sacar en pequeñas dosis este enojo (si lo hace de golpe, es posible que sea violencia). A base de pequeñas preguntas y respuestas, la persona enfadada va exteriorizando su ira aún sin saberlo. Además, ayudaremos a que la ira no se acumule y la persona acabe asumiendo el rol de víctima cuando empiece a tener dolores de cabeza, de estómago, etc… Si decides optar por este paso, recuérdale a la persona y díselo claro y con palabras: «enfadarte no es un sentimiento por el cuál debes avergonzarte». Puedes aplicártelo a ti mism@. Si eres el receptor o la receptora del enfado, asume dicho sentimiento y reconóceselo a la otra parte, tenga o no tenga razón aunque te ofenda, ya habrá tiempo de activar otros mecanismos de discusión para demostrar tu verdad. De hecho, reconocer el enfado de otro no es reconocer que tú has hecho algo mal, que eres culpable o no tienes razón.
- Paso 3: Es estrictamente necesario que las dos personas salgan del sitio o ubicación donde se está produciendo la disputa. Tampoco le digas nunca «que se calme», sino adviértele de que no le contestarás ni hablarás nada si sigue en ese plan. Dile que no quieres resolver nada si hay que hablar esa forma. ¿Por qué? Porque la ira es contagiosa. Comienza a hablar de forma constructiva y muestra tu admiración si esa persona con la que «te peleas» significa o ha sognificado mucho para ti. No metas más leña al fuego. No empieces ninguna frase nombrando a la otra persona ni tampoco la acuses. No vale el «tú has hecho esto«. Es probable que sea la otra persona quién te lo diga. ¿Cómo reaccionar? Afronta el enfado con actitud positiva, debes tener la visión de que tú estás en paz contigo misma o misma. Eso, también se transmite al otro. Y sobretoto, nunca niegues que existe un problema.
- Paso 4: No acabar bruscamente la relación. Tanto el uno, el enfado o enfadada, como la otra persona que ha tenido que «soportar» han consumido energía con emociones más o menos de carácter violento. Si mentalmente ya ha llegado la calma, es probable que el cuerpo físico necesite descargar más energía. Hay que hacer alguna actividad, sobretodo para el que se enfada. Desde irse a caminar o correr.
- Paso 5: Contra una persona enfadada, siempre recordarle al finalizar cualquier acto de enfado que no debes ser tú quién se enfrente a sus emociones. Recordarte a ti mismo o misma una última premisa: «Lo malo siempre va a ser malo».