¿Te suena esto? Menuda introducción. En palabras salvajes, te diría que cuando te engañan: te toman el pelo y se ríen tu cara. Ves, esto último ya suena mucho peor y con ganas tremendas de que la persona pague por su engaño. Pero ojo, no hagas lo mismo. Lo mejor es que tu objetivo sea siempre «desarmar» a esa persona y que sea ella misma quién reconozca el engaño. Muchas de estas personalidades acaban confesando, bien por arrepentimiento, bien porque ya no tienen una excusa válida (le han pillado diciendo una trola), o simplemente el engaño era para que tú no sufrieses. Esto último lo hacen amigos o familiares que te conocen y prefieren que no pases un mal rato ante malas noticias.
Te dejo en post 10 frases sobre el engaño y desamor que merecen un hueco en tus notas o en tu perfil social, y que espero que quién las reciba se de por aludido o aludida. Aquí van:
- El que desea no ser engañado, procura no engañar (Platón).
- Cuando una mujer te ha engañado, procura amar inmediatamente a otra (Heinrich Heine).
- En ciertos casos, vale más ser engañado que desconfiar (Séneca).
- Todo engaña menos lo que está a la vista (Francisco de Quevedo).
- Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía (Anaxágoras).
- Cosas hay que aunque se digan, no son para que se entiendan (Calderón de la Barca).
- Cuando la estafa es enorme ya toma un nombre decente (Ramón Pérez de Ayala).
- Comprendo que la mentira es engaño y la verdad no. Pero a mí me han engañado las dos (Antonio Porchia).
- El medio más fácil de ser engañado es creerse más listo que los demás (Rochefoucauld).
- El que recibe lo que no puede pagar, engaña (Séneca).